¿Alguna vez has visto a alguien sudar, llorar y pedir más chile?
Bueno, no es masoquismo… o tal vez sí, pero hay algo más.
Nadie puede negar que el chile tiene algo especial que te encanta. Una sustancia mágica llamada capsaicina.
¿Qué hace la capsaicina?
En pocas palabras, es lo que te hace sentir el calorcito, poner los ojos en blanco... y el viaje místico de una buena enchilada.
¿Y cómo cuánta capsaicina tiene el chile habanero?
Obvio, ¡el máximo!
Cuando tu boca empieza a arder, tu cerebro se vuelve loco.
Literalmente, se prende, liberando endorfinas, esas mismas que te hacen sentir en las nubes después de una buena sesión de ejercicio horizontal o vertical.
Es una relación de amor-odio.
Te quema, te hace sudar, pero no puedes parar.
Y aquí es donde viene lo bueno: El chile te da placer. Sí, así de simple. Por eso te encanta la Salsa Arrecha.
No es broma cuando dicen que el chile es adictivo.
Algunos no pueden comer sin él, se les antoja con todo y hasta llevan su Salsa Arrecha para todas partes.
Ya sabes lo que dicen:
"Si no enchila, no fascina."
Cuando veas a alguien pidiendo "más y más chile" ahora sabes que lo que realmente buscan es esa explosión de endorfinas.
Pero ojo, no cualquier chile embona. Tiene que ser el correcto, el que te haga sentir bien servidx.
Para algunos puede ser una mordida directa a un chilito habanero, para otros puede ser una Salsa Arrecha Tradicional.
Así que sí,
puedes hacerte adictx al chile.
Pero no te preocupes, no estás solx.
Todos tenemos espacio para un poquito de chile, Porque como dicen: "El que no traga chile, se queda con las ganas".
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